domingo, 14 de junio de 2009

Christiaan Muñoz: "No es difícil hacer cultura si uno sigue una línea y cree en lo que está haciendo"

Christiaan Muñoz a sus cortos 22 años ya está ligado a importantes proyectos cinematográficos. Es estudiante de cuarto año de comunicación audiovisual, con especialidad en cine, de la Universidad UNIACC. Eligió el mundo del séptimo arte por vocación familiar que, por supuesto, él también heredó. El 14 de junio asistió al 13º Festival Internacional de Documentales, FIDOCS 2009, porque uno de los trabajos en que participó, “En un rincón”, fue seleccionado.

-¿En qué proyectos has trabajado y cuál es tu labor específicamente?
-En proyectos universitarios siempre he sido director de fotografía, que se entiende como la persona que está detrás de la cámara, pero en realidad se encarga de mover luces y con éstas dar la atmósfera necesaria para la historia que se está narrando. El semestre pasado hicimos un cortometraje llamado "18 Peniques", que relata de una forma muy particular los minutos previos a la matanza de la Escuela Santa María de Iquique. En este fui el director de fotografía y cámara. Creo que es uno de los trabajos mejor logrado que hemos hecho.

-¿Y cómo fue hacer “18 Peniques”? ¿Quién se encargó de la producción, infraestructura y de los implementos necesarios, por ejemplo?
-Nosotros nos encargamos de los aspectos como la producción y la universidad nos presta los equipos cinematográficos, principalmente. Es decir, de todas las luces, de las cámaras y, si pueden, del transporte. La infraestructura tenemos que conseguirla nosotros, y como somos estudiantes generalmente tenemos que usar las salas de clase para hacer reuniones y cosas por el estilo.

-¿Y cómo consiguen los actores?
-Los actores podríamos conseguirlos en la universidad, pero decidimos traer actores de afuera, todos egresados de la Pontificia Universidad Católica. De hecho, el protagonista estaba en proceso de tesis cuando trabajó con nosotros.

-¿Pero tuvieron que costear sus participaciones?
- Sí, hubo que pagarles a todos. Y sus estadías en el lugar también; fuimos a filmar a Melipilla.

-Sí que hay que tener recursos, ¿de dónde los sacan, reciben apoyo externo?
-Nosotros debemos hacer las gestiones con distintas empresas. Conseguirnos el catering (servicio profesional que se dedica preferentemente al suministro de comida preparada), las platas para las latas de película, la bencina, etc. Al final del tráiler aparecen los logos de las empresas, sindicatos y privados que nos apoyaron en eso.

-¿Cuánto tiempo se demoraron en conseguir el apoyo de las diferentes empresas?
-Es mucho trabajo. En todo el proceso nos demoramos, si mal no recuerdo, tres meses. O tal vez menos.

-¿Acceden fácilmente a apoyar los proyectos?
-No. Eso es lo más difícil. Es como pedir plata para el hobby, con el que te entretienes –ríe.

-¿Cómo logran conseguirlo?
-Para eso la productora desarrolló una estrategia de financiamiento con los distintos sindicatos de trabajadores que se relacionaban directamente con el tema de nuestro cortometraje.

-¿Y en qué consistió la estrategia de financiamiento?
-Tuvimos que crear una carpeta de presentación con información para cada una de las empresas y sindicatos. Dimos entrevistas con presentaciones Power point en algunas sedes, y conseguimos patrocinio de la Ilustre Municipalidad de Iquique, junto con los cuatro o cinco sindicatos que pusieron dinero para el proyecto.

-¿Cuántos estudiantes y actores trabajaron en “18 Peniques”?
-Estables fuimos cuatro estudiantes de comunicación audiovisual: un director, una codirectora/guionista de arte, una productora y yo como director de fotografía. Y los actores fueron cinco.

-Y aparte de costear a los actores, ¿en qué más se reparte en dinero?
-La mayor cantidad de dinero se va en las latas de película. Filmar es muy caro en estos tiempos, sobre todo cuando vivimos la era digital. Cada lata de película dura 10 minutos, y cuesta alrededor de 60 mil pesos. El revelado cuesta 40 mil pesos. Nosotros ocupamos 6 latas en total.

-¿Cuánto se gastó en total para “18 Peniques”?
-No recuerdo bien, pero fueron como dos millones de pesos. Aún debemos algo, poco pero algo –dijo riendo.

-¿Pero ese proyecto se puede vender? ¿Cómo lo hacen para recuperar lo invertido?
-El cortometraje sólo tiene como distribución los festivales de cine nacionales e internacionales. De ahí, si se gana algo, eso es lo que se recupera. También se puede vender a canales de cable o a programas como “Realizadores chilenos” de TVN. Pero un cortometraje como el de nosotros tiene que venderse internacionalmente primero.


-¿Y han conseguido algo con eso?
-En este momento estamos esperando los resultados del concurso de fondo audiovisual para poder terminar el cortometraje profesionalmente. Este mes deberían estar los resultados.

-¿A qué te refieres con profesionalmente?
-Si lo ganamos podemos hacer una terminación en 35 mm; el tamaño del negativo que se usa para imprimir películas para proyección, que es como se presentan las películas en los cines y podremos llevar nuestro corto a festivales muy buenos internacionalmente. Nuestro corto está filmado en 16 mm.

-¿Cuál sería tu queja como futuro cineasta?
-Hay una queja constante de los cineastas sobre el apoyo del gobierno para las realizaciones audiovisuales, porque son muy pocos los fondos para tantos proyectos que se presentan.

-Pero imagino que el apoyo hacia estudiantes se hace más complicado, ¿no?
-Si, aún más. Con decirte que para poder postular a fondos concursables para largometraje, hay que ser una persona jurídica. No se puede ser persona natural. Es decir, para poder hacer una película, uno debe tener una "productora" poco menos. Cosa que para un estudiante es muy difícil. Eso sólo para los largometrajes. En el caso de los documentales y cortometrajes no es necesario.

-¿Qué pasa con el uso y abuso de los derechos de imagen?
-Quieren poner una ley que basta sólo con nombrar la obra para que los canales de televisión, por ejemplo, puedan ocuparla sin ningún problema. Siendo un país en que la piratería es algo integrado prácticamente en cada uno de los chilenos. Lo correcto es que, dependiendo de la obra y su uso, paguen por segundo o por vez emitida…

-¿Es difícil hacer cultura?
-No es difícil hacer cultura si uno sigue una línea y cree en lo que está haciendo. Y si tienes los recursos. Hay mucha gente que hace las cosas por hacerlas y no les resulta nada.

¿Cómo ves el mundo laboral?
-¡Uf! Con 200 audiovisuales egresados sólo de mi universidad cada año… Un poco difícil –ríe. El mundo laboral es muy sacrificado, pero los frutos de nuestro trabajo me dan fuerzas para seguir adelante. Por ejemplo, ayer fui a la ceremonia de clausura de FIDOCS; el festival de documentales más importante de Chile. Aunque no ganamos, pero quedamos seleccionados con un documental que hicimos en primer semestre del año pasado: “En un rincón”. Era lo que más queríamos. Trata de los últimos meses que tuvo la picada más importante de los últimos años: “El rincón de los canallas”.

A continuación:

1 comentario:

  1. Una vez más queda claro lo difícil que es hacer arte en Chile. Con condiciones desafaborables, tanto económicas como motivacionales. Sin embargo, se agradece espacios, como este blog, en donde se le da espacio a la cultura. Algo olvidado para los chilenos, y que sólo se acuerdan de ella gracias a una celebración o reconocimiento.

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